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MARRÓN: El color de la Tierra y la elegancia.

Este color evoca como ningún otro la tierra que pisamos, el otoño con sus árboles de hojas cambiantes que caen formando mullidas y crujientes alfombras naturales. Es elegante y austero y, aunque no se utiliza demasiado para decorar interiores, es fundamental en los muebles que emplearemos en nuestra vivienda o despacho. Confiere a las habitaciones en que se aplica un aire rústico y confortable, que podemos resaltar utilizando cenefas en suaves tonos naranja, color con el que combina admirablemente y que darán el toque distinguido y equilibrado necesario. Si desea dar un aspecto más actual y menos severo a este color, una combinación de tonalidades claras y oscuras, que contrasten, proporcionará a su despacho, cuarto de estar o biblioteca, el ambiente ideal para sus momentos de descanso y relajación.

Es un color masculino, severo, confortable, evocador del ambiente otoñal, y da la impresión de gravedad y equilibrio. Es el color realista, tal vez porque es el color de la tierra que pisamos. Su nombre procede del francés "marron" (castaña comestible de ese color), y sugiere edad, cosas viejas, madera, ladrillo, piel, cuero, hogar y elegancia. El significado del color puede cambiar en los diferentes países, culturas y religiones. Por ejemplo, en China el rojo se asocia con las bodas y representa buena suerte y en la India este color está unido a la caballerosidad.

Tradicionalmente se relaciona con los celos, la envidia, la adolescencia, la risa y el placer, e incluso en algunos casos se le denomina como el color de la mala suerte. Por este motivo, a la hora de usar los colores como fuente de impulsos psicológicos deberemos estudiar con detenimiento el público objetivo al que irá destinada la composición.